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El concepto de «huella» es relativamente reciente y, dado que existen opiniones diferentes acerca de a qué se refiere este término, puede resultar confuso para el público no experto en el tema. Las expresiones «huella de carbono», «huella energética» o «huella ambiental» a menudo se emplean sin una comprensión clara de sus respectivos significados.
Las metodologías de «huellas» pertenecen a la familia de los métodos de evaluación ambiental basados en el concepto de ciclo de vida (CCV, o LCT por sus siglas en inglés). Se trata de un enfoque que toma en consideración el espectro de los flujos de recursos e intervenciones ambientales asociadas con un producto, servicio u organización desde el punto de vista de la cadena de suministro, incluidas todas las fases desde la adquisición de materias primas, hasta los procesos de procesado, distribución, uso y final de vida. De ahí que todas las metodologías de huella sean consideradas enfoques basados en evaluación de ciclo de vida (ECV, o LCA por sus siglas en inglés).
Una huella ambiental, a diferencia de una huella de carbono o energética, es una medida multiindicador de los impactos de productos/servicios/organizaciones (ver las definiciones ofrecidas en las secciones siguientes).
Las huellas ambientales/de carbono/energéticas pueden aplicarse a:
- - Productos y servicios (huella ambiental de productos: HAP, o PEF por sus siglas en inglés, huella de carbono de productos: HCP, o PCF por sus siglas en inglés).
- - Organizaciones (huella ambiental de organizaciones: HAO o OEF por sus siglas en inglés).
- - También, incluso, regiones y países.
Enlaces útiles:
- - Comisiones europeas: Iniciativa de Mercado Único de Productos Verdes
- - Centro Común de Investigaciones de la Comisión Europea: Plataforma Europea de Evaluación de Ciclo de vida
- - PNUMA / SETAC: Iniciativa de Ciclo de Vida
- - Carbon Footprint of Nations
Una evaluación de ciclo de vida (ECV) es un enfoque de evaluación ambiental que considera el ciclo de vida completo de un producto o servicio, desde la adquisición de materias primas a los procesos de procesado, distribución, uso y fin de vida. ECV es un enfoque multicriterio, es decir, tiene en cuenta diversas cuestiones ambientales. Esta perspectiva permite identificar y evitar el desplazamiento de cargas ambientales entre fases de ciclo de vida o procesos individuales. Se adopta un enfoque similar para la ECV de organizaciones o proyectos.
La norma ISO 14044:2006 especifica requisitos y proporciona pautas para la evaluación de ciclo de vida (ECV).
Una huella ambiental es la evaluación de los impactos medioambientales potenciales de un producto/servicio, organización o territorio definido, dentro de unos límites espaciales y temporales específicos. Las huellas ambientales son enfoques de evaluación de ciclo de vida, lo que significa que tienen en consideración el ciclo de vida completo del sistema estudiado, es decir, todos los pasos desde la extracción de materias primas al procesado, distribución, uso y fin de vida.
Las huellas ambientales son metodologías multicriterio, es decir, no se centran en una única cuestión ambiental como el cambio climático o el consumo de energía, sino que cubren diversos impactos ambientales tales como:
- - Agotamiento de los recursos minerales/fósiles
- - Consumo de agua
- - Disminución del ozono
- - Eutrofización
- - Acidificación
- - etc.
Una huella de carbono es un tipo de huella ambiental que se centra en una única cuestión ambiental: el cambio climático.
En ciertos casos puede resultar relevante concentrase en una categoría específica de impacto ambiental en vez de considerar varias de ellas (a pesar de que se recomienda considerar diversos tipos de impactos ambientales para evitar el desplazamiento de cargas): las categorías de impacto relevantes difieren para distintos sectores o categorías de productos. Por ejemplo, el cambio climático (emisiones GEI) es muy importante para sectores con un uso energético intensivo, pero no resulta tan importante, por ejemplo, en el sector de los cosméticos, donde el desempeño ambiental viene determinado por otros aspectos como el uso de agua y la toxicidad.
Una huella de carbono es una medida de la cantidad total de emisiones potenciales de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera de un producto/servicio, organización o territorio definido, considerando todas las fuentes relevantes dentro de unos límites espaciales y temporales específicos. En la mayoría de las metodologías esto se calcula mediante el equivalente de dióxido de carbono (CO2e).
Al igual que la huella de carbono, las huellas energéticas son huellas ambientales que se centran en una única cuestión ambiental: el consumo de energía. Por tanto, la huella energética es la evaluación del consumo energético relacionado con un producto, organización o territorio definido, dentro de unos límites espaciales y temporales específicos. En la mayoría de las metodologías, esto se calcula desde un punto de vista del ciclo de vida.
Generalmente, pueden distinguirse varios tipos de fuentes de energía según la naturaleza de estas y su capacidad de renovación, p. ej. fuentes de energía no renovables (fósil, nuclear) y renovables (solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica). Existen varias definiciones de indicadores para la cuantificación de la huella energética. Algunas de estas consideran todos los tipos de energía.
La radiación solar se reemite desde la superficie terrestre en forma de radiación infrarroja, la cual es a su vez absorbida parcialmente por varias sustancias químicas de la atmósfera: esto es el denominado «efecto invernadero». El equilibrio de radiaciones determina la temperatura media del planeta, y la presencia de sustancias de efecto invernadero permite que la temperatura en la Tierra sea compatible con la vida (sin estas, la temperatura sería de unos -15 ºC).
Sin embargo, las actividades humanas generan emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de larga vida, tales como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y halocarburos (un grupo de gases que incluye el flúor, el cloro y el bromo), que resultan en un mayor forzamiento radioactivo que provoca una intensificación del efecto invernadero.
Junto a las fuerzas naturales, esto contribuye a los cambios climáticos globales: el aumento de la temperatura de la superficie terrestre y de los océanos, cambios de las precipitaciones, subidas del nivel del mar, etc. La influencia de los gases de efecto invernadero en los cambios del sistema climático de la Tierra varía según las propiedades de radiación de estos gases y su tiempo de permanencia en la atmósfera.
Los gases de efecto invernadero (GEI) son sustancias gaseosas capaces de atrapar el calor en la atmósfera. La «intensificación» del efecto invernadero, que es responsable del cambio climático, está provocada por las actividades humanas que resultan en la emisión a la atmósfera de GEI tales como: dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarburos (HFC), perfluorocarburos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6). Tenga en cuenta que el vapor de aire, pese a que se trata del mayor contribuyente al efecto invernadero natural, no está afectado directamente por la actividad humana y no se incluye. (Fuente: basado en el sitio web del Protocolo de Kioto).
Una metodología ofrece el soporte teórico para entender qué método o «mejores prácticas» pueden aplicarse a una necesidad específica, y proporciona directrices para implementar el método para evaluar huellas ambientales (tales como huella de carbono o energética) para un producto u organización específica.
Las metodologías pueden usarse para monitorizar, evaluar y analizar múltiples aspectos posibles de un negocio, con el fin de ayudar a organizaciones y organismos públicos a mejorar su eficiencia energética y de carbono y, por consiguiente, a reducir costes y, en última instancia, su impacto ambiental. Dentro del sector de las TIC existen diversas metodologías que tienen como objetivo evaluar la huella de carbono y la eficiencia energética de bienes, servicios y organizaciones de las TIC.
Las metodologías se describen normalmente en pautas generales y/o técnicas que pueden estar sujetas a una norma específica desarrollada bien por una organización de desarrollo de normas (ODN, o SDO por sus siglas en inglés) o bien por iniciativas voluntarias por parte de un consorcio de varios participantes públicos/privados.
Visite la página Methodologies para más información.
ICTFOOTPRINT.eu proporciona información acerca de metodologías específicas para el sector de las TIC y relacionadas con la implementación de la huella ambiental, concentrándose particularmente en la huella energética y de carbono.
Pueden aplicarse metodologías adicionales para calcular indicadores de rendimiento, por ejemplo en términos de consumo de energía.
Visite la página Methodologies para más información.